El HPC se postula como activo empresarial

HPE refuerza su negocio de supercomputación e informática de alto rendimiento con la compra de Cray y amplía sus proyectos, con la propuesta al cliente como servicio como uno de sus puntos clave.

supercomputación

Desde que se conociese en mayo hasta su cierre en septiembre, la compra de Cray por HPE ha generado distintos titulares, tanto por la relevancia económica de la operación como por su peso estratégico. En relación a la cifra desembolsada, las firmas acordaban un precio de 35 dólares por acción en efectivo, que en el momento del anuncio cifraba la transacción en alrededor de 1.300 millones de dólares pero que finalmente se ha cerrado por un montante cercano a los 1.400 millones. Respecto a su valor estratégico, la compra se engloba dentro de la amplia estrategia de HPE en computación de alto rendimiento o HPC y tiene muchos más flecos que analizar. 

¿Cuál es la relevancia actual de la HPC?

La computación de alto rendimiento es “una rama de la informática que se ocupa de la realización de modelos científicos y de ingeniería y de tareas de simulación, que demandan que los cálculos no se pueden realizar utilizando ordenadores de uso general”. Así explica la Comisión Europea qué es el HPC y la supercomputación en el desglose de su estrategia en este terreno, que desde septiembre de 2018 se articula a través de la EuroHPC Joint Undertaking. Una iniciativa de 1.000 millones de euros, en la que la Unión Europea colabora con los países miembros; el hecho de que desde la UE se haya articulado este programa, con la idea de garantizar la posición de la región en esta área, da la medida de lo que se está moviendo en HPC. 

Las estadísticas y previsiones que manejan las firmas de análisis y estudios de mercado aportan otra perspectiva sobre las posibilidades de esta herramienta. Un informe de Hyperion Research de noviembre de 2018 estima que, para 2022, el mercado de HPC facturará 38.410 millones de dólares. La mayor parte provendrá del segmento de servidores, por el que entrarán más de 19.556 millones; sin embargo, el que mayor crecerá será el de almacenamiento, al aumentar a un ritmo medio anual del 10,3%. Los datos de Mordor Intelligence amplían esta previsión hasta 2024, poniendo que se alcanzarán 47.020 millones de dólares tras crecer un 7% de media desde 2018. 

En el escenario actual de computación de alto rendimiento hay dos próximas fronteras hacia las que se canalizan los esfuerzos de empresas y organizaciones. Por un lado, la computación a exaescala. Actualmente, los mayores supercomputadores del mundo trabajan en escala de petaflops u operaciones de coma flotante por segundo, con un petaflop que equivale a 10 elevado a la 15 potencia: mil billones. La computación a exaescala eleva la potencia a 18 para tomar como referencia el trillón de operaciones por segundo. Según la Comisión Europea, se espera que este modelo se alcance entre 2021 y 2022.

El otro gran desafío es la computación cuántica, que supera el modelo binario de la informática tradicional y para la que el HPC prepara el terreno. Las estimaciones de Boston Consulting Group apuntan a que, en las próximas décadas, las ganancias en productividad, en las que incluyen oportunidades de ingresos y ahorros de costes, sobrepasen los 450.000 millones anuales. 

HPE, HPC y la supercomputación

Todos estos datos sirven para configurar la importancia de una tecnología llamada a resolver los desafíos en temas como clima, energía o investigación en el espacio, pero también como activo clave a la hora de abordar la innovación en las organizaciones. HPE proporciona una gama de servicios y soluciones HPC de calidad, con el aval de ser uno de los principales proveedores de equipamientos informáticos en el listado Top500 de los supercomputadores de mayor rendimiento del mundo: su tecnología está presente en 19 de los 100 primeros equipos de la lista. Entre sus proyectos, la firma ha incluido recientemente una colaboración de cuatro años con la NASA para el desarrollo del superordenador Aitken. 

El enfoque de HPE en informática de alto rendimiento está también ligado al que se ha convertido en una de sus estrategias principales: la decisión de ofertar todo su catálogo como servicio. De hecho, la firma destaca el HPC-as-a-service como uno de los grandes beneficios derivados de la adquisición de Cray, que suministrará a través de HPE GreenLake junto con la analítica, la inteligencia artificial y el machine learning. Esta propuesta quiere mejorar las posibilidades de elección de los clientes de la compañía, además de fomentar la flexibilidad y la agilidad en la llegada al mercado.

Actualizando las iniciativas en HPC

La compra de Cray, compañía con casi cinco décadas de experiencia, reforzará las posibilidades de HPE en el terreno de la informática de gran alcance. Además de la aproximación al modelo de HPC-as-a-service, se espera que la combinación de las firmas dé en una mejora del portfolio, la innovación y el desarrollo y en una ampliación de las capacidades de servicio y soporte a cliente. No menos importante es el impulso a los proyectos en computación a exaescala. La adquisición de una firma como Cray, que tiene en marcha iniciativas como el supercomputador para el Departamento de Energía de Estados Unidos de Oak Ridge, que trabajará a este nivel, ayudará a ganar una posición de liderazgo. 

Los líderes de ambas firmas se mostraban en el momento del acuerdo convencidos de las ventajas de la operación. Antonio Neri, CEO de HPE, destacaba de Cray su posición de “líder global en tecnología de supercomputación”, que “comparte nuestro profundo compromiso en innovación”. “Tenemos la oportunidad de llevar a la próxima generación de computación de alto rendimiento y jugar una parte importante en el avance de la forma en que la gente vive y trabaja”. Peter Ungaro, presidente y CEO de Cray, profundiza en cómo “HPE y Cray comparten un compromiso en la innovación centrada en el cliente, y una visión para crear el líder global para el futuro en HPC e IA”. 

"Cray le da a HPE una ventaja tecnológica única", explicaba Chirag Dekate, analista de Gartner, al medio especializado Data Center Knowledge. “HPE ahora cuenta con una cartera que puede abordar los requisitos de HPC de diversas escalas, desde sistemas de nivel de entrada optimizados hasta plataformas HPC de escala extrema”. Steve Conway, vicepresidente de Hyperion Research, profundizaba así en los beneficios para ambas firmas. "Cray tuvo un éxito impresionante para una empresa pequeña, pero es más difícil ser una empresa independiente frente a las empresas más grandes". “Cray también estaba tratando de entrar al mercado comercial, pero no tenían la experiencia para hacerlo, y ahora son parte de una compañía que tiene una gran posición en los mercados comerciales". Para HPE, la adquisición le posiciona en “la gama alta del mercado para las computadoras más grandes y potentes”.

Los esfuerzos de HPE por reforzarse en supercomputación y HPC permiten vislumbrar un panorama completo para sus clientes. Una propuesta en la que la informática a más alto nivel se ponga al servicio de las empresas, para lograr explotar su máximo potencial.



El dato, activo clave en la estrategia empresarial

Las tecnologías asociadas al dato, como analítica o ‘big data’, ofrecen grandes posibilidades en el contexto de la transformación digital de las organizaciones, por lo que contar con los mecanismos para protegerlo y extraer sus beneficios es esencial.

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