La evolución del sector del comercio en los últimos tiempos ha venido marcada ya no solo, como en otros verticales, por la consabida digitalización y sus efectos a la hora de gestionar una organización. En las tiendas, la llegada de internet se ha vivido desde numerosos frentes. 

Por un lado, el de la aparición de un modelo nativo de comercio digital. Son muchos los emprendedores que han visto en la red la oportunidad de abrir un negocio con menos costes y problemas, sin las dificultades asociadas al alquiler o compra y mantenimiento de un local físico. Se trata de empresarios para los que internet es su primera opción para comercializar sus productos.

Aunque existe la extendida idea de que esta opción es casi gratis, en los últimos tiempos hay una mayor conciencia de la necesidad de realizar ciertos desembolsos ya no solo para destacar en un mercado saturado, sino para asegurar a los clientes un buen grado de efectividad, funcionalidad y protección, con soluciones que protejan la información almacenada en los servidores. Más con el nuevo marco regulatorio de protección de datos. 

Estos condicionantes son comunes a otro de los frentes existentes en el retail: el de las tiendas ya existentes en el momento del boom digital que han seguido el proceso inverso, creando su imagen en la red para no quedarse desfasadas ante la evolución del comercio tradicional al ecommerce. En los dos grupos hay compañías de todo tipo, desde pymes a grandes empresas.

Todos estos actores tienen que enfrentarse a distintos desafíos, en un panorama continuamente cambiante. Porque no llega solo con haber dado el paso al digital (o haber nacido digital): hay que mantenerse actualizado. Para los comercios, eso pasa por una renovación constante tanto a nivel de diseño como de la infraestructura yacente que se necesita para estar en internet. En este sentido pueden resultar interesantes servicios como el programa de canje de HPE, que facilita la renovación de los equipos y soluciones. 
El retail está destinado a entenderse con el ecommerce, en un proceso de constante cambio en el que los empresarios deben mantenerse al día y utilizar todas las herramientas que estén en su mano. 

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